Es presentado en Estella el libro “Las Améscoas. Estudio histórico-etnográfico”, que recopila prácticamente la totalidad de trabajos publicados por Luciano Lapuente sobre las Améscoas y su entorno inmediato, durante 20 años de trabajo intensivo e incansable.

Fallece en Elgorriaga (Álava), Fernando de Albizu (Página 57, Cuaderno Rojo)

Se hacen honras fúnebres, en la parroquial de San Martín, a Eusebia Pargaran, “sin domicilio fijo, de la raza gitana, unida en matrimonio con Telesforo Ximénez, natural de Abarzuza, y sin domicilio fijo, por ser de la misma raza. Edad de unos sesenta años. Se le dio sepultura y entierro gratuito”.

Fallece en Madrid, en el Hospital Militar, Santiago Sáez de Larramendi. Natural y vecino de Larraona, era soldado de la Compañía de Cazadores del Primer Batallón del Regimiento de Infantería de la Constitución nº 29. Tenía 23 años y había hecho testamento el 16/02/1861, ante el Escribano Real, Atanasio Barrena, vecino de Zudaire.

Dice Luciano Bonaparte en carta a Echenique: “Me han asegurado que en todo el partido de Estella no hay más que estos pueblos donde se sigue hablando esta lengua (el euskera): Eulate, San Martín, Ecala, Baquedano, Zudaire, Gollano, Urra, Baríndano, Artaza …”. 

“Murió, sobre las cuatro de la tarde, en la Sierra de Urbasa y paraje titulado de Ilola, José Francisco Galbete, soltero, de 23 años, natural de Olazagutia, en el valle de Burunda, sin que pudiese recibir ningún sacramento, por haber sido su muerte repentina y casual, ocasionada a resultas de una estaca, que se desprendió de un árbol, viniéndole a parar al oído”. Le hicieron honras fúnebres en la parroquial de Gollano.

Tomás de Zumalacárregui firma en Eulate el Tratado de Lord Elliot. Ver en la ventana “Curiosidades” el texto completo del pacto y explicación sobre el mismo.

Acción de Artaza. Entra en el valle por Contrasta, el General Valdés, Ministro de la Guerra, al frente de 17.000 a 20.000 hombres. Se retira Zumalacárregui, con 5.000 hombres, hasta Eulate y luego hasta San Martín. Valdés no se atreve a seguir por el valle y hace subir su fuerza por el Puerto de Gonea. Duermen de pie junto al Palacio. Cae agua nieve. Al amanecer, Valdés decide bajar hacia Estella y marcha junto a los puertos. Zumalacárregui marcha por abajo a la par que Valdés, que intenta descender por el puerto de Urra. No hay un choque frontal, ni los datos de uno y otro bando coinciden, pero en la confrontación se producen entre medio millar y un millar de muertos, en su mayoría del ejército isabelino, que sufre un verdadero descalabro. 

Fallece en Baríndano, Mª Ángela de Esparza, de 41 años “de enfermedad habitual, proveniente del sobreparto”.

Higinio Olazarán murió a las 10 y ½ de la mañana, con 65 años de edad. Era marido de Marías Magdalena García de Eulate. “Y el mismo día, a las siete y media de la tarde, se le dio tierra por cuanto se temía que el dicho día hubieran venido los Franceses, pues tuvimos que escaparnos a toda prisa y por cuanto aquella tarde no llegaron, se dispuso que era mejor darle sepultura por lo que podía suceder”. Esto ocurre en San Martín.

“Se halló muerto en el paraje de Asaliturri, término de este pueblo de Larraona, a Esteban de Albizu, por lo que lo levantó la Real Justicia de este valle”. Era natural y vecino de este lugar, de 61 años, marido de Juana de Albizu y murió sin sucesión.

Fallece el Rector de la Colegiata de Gollano, Joseph Ignacio García de Eulate, que residió en el Palacio de Gollano. A partir de esa fecha, el palacio queda deshabitado. Era natural de Larraona, a donde se llevó su cadáver. 

Litigio del fiscal en representación de los valles de Améscoa Alta y Améscoa Baja, contra el lugar de Baquedano, sobre autorización concedida a los hermanos Juan Francisco y Juan Martín de Aldecoa, naturales de Elorrio (Vizcaya) y residentes en Mondragón, Guipúzcoa, para instalar dos ferrerías en el lugar de Baquedano.

Se concede licencia a Jerónimo de Albizu, Abad de la iglesia parroquial de San Martín y a los vecinos de él, para que puedan fundar la Cofradía con el título de Nuestra Señora del Rosario.

Llega el Visitador del Obispado de Pamplona a Zudaire y deja, entre otras, las siguientes instrucciones. Que los hombres, en la iglesia “no lleven gorro, ni red (redecilla), ni cabello atado”. Que … “por cuanto estamos informados de algunos abusos e irreverencias que se hacen en los templos y sus cementerios, en este Valle, con ocasión de mezettas y bodas, mandamos: que las mujeres ni otra persona no suban al coro a tirar nueces ni otras cosas con motivo de bodas u otras funciones y que durante los oficios diarios no se juegue a juego alguno, pública ni privadamente, ni se dance ni toque jular ni gaita, en la iglesia y su cementerio, ni en este se dé de beber a los hombres”.

Se ausentó de su casa Gracia Díaz, mujer de Juan Díaz y vecina de Zudaire. Su cadáver se encontró en el río de Urederra siete días después.

Se halló a la puerta de la iglesia parroquial de Zudaire, una niña que fue bautizada “sub conditione” (se hacía así, por si había sido ya bautizada antes). Se llevó al Hospital General de Pamplona, de cuya entrega se dio recibo al abad de Zudaire. Se puso a la niña el nombre de María.

Es bautizado, en la parroquial de Aranarache, un infante de nombre Juan. Es hijo de María de Ecala, moza libre, quien declaró, debaxo de juramento, estar preñada de Juan de Albizu, mozo libre, ya difunto. 

Honras fúnebres en San Martín para Joan López de Elcarte, “el mozo”, que fue enterrado en la sepultura de Matheo Díaz, su abuelo.

Fallece en Eulate, “el Maestre de Campo Don Juan de Eulate [realmente, el apellido es Álvarez de Eulate], Caballero del Hábito de Santiago, Señor de los Palacios de este lugar de Eulate, después de haber cumplido con el precepto anual de la confesión y comunión el día 25 de marzo y de haber recibido la Extremaunción poco antes de su fallecimiento. Asistieron a sus honras los sacerdotes de estos dos valles de Amescoa y los del valle de Arana. Dejó ordenado que se le dijeran 150 misas rezadas y 150 misas cantadas. Donó una casulla de damasco carmesí con cenefa bordada con oro y un frontal de raso carmesí y ambos los tiene recibidos la iglesia parroquial”. Firma este apunte su hijo, Don Gonzalo de Eulate.