“… Padeció este pueblo (Larraona) un horrible saqueo de las tropas francesas … sin perdonar a la Iglesia ni a la ermita de Nuestra Señora de la Blanca, rompiendo sus puertas principales y robando todo lo mejor que había. Y se llevaron el Cáliz que consta en el Inventario habérsele entregado a Ramón Ruiz de Zuazo, como ermitaño de dicha basílica, y así mismo se llevaron varias reliquias que había engarzadas en plata, por lo que en ningún tiempo se le deberá hacer cargo al dicho (el ermitaño) por no haber tenido la culpa, pues todo el vecindario desamparó el pueblo (desalojaron el pueblo) y para que conste en todo tiempo hice esta Nota yo, el Cura de la dicha iglesia …”