Fallece en Baquedano Agustín Pérez Tudela, de 18 años, natural de Vélez Rubio, “Reyno de Granada”. Es el primer enterrado en el camposanto de ese pueblo. Hasta entonces los cadáveres se enterraban en la iglesia. 

“Se halló muerto en el paraje de Asaliturri, término de este pueblo de Larraona, a Esteban de Albizu, por lo que lo levantó la Real Justicia de este valle”. Era natural y vecino de este lugar, de 61 años, marido de Juana de Albizu y murió sin sucesión.

Se le hacen honras fúnebres en la parroquial de Baquedano a Pedro Fermín de Izcue. Se halló su cadáver en el Monte Real de Urbasa, en el paraje llamado Gollaucoaunzsarozarra (Corral viejo de las cabras de Gollano), cerca del camino que dicen Bardoizbidea”. Era soltero, natural de Viguria (Valle de Yerri), de 30 años, hijo de Román Izcue y Juliana Guembe. Había salido de casa veinte días antes y tuvo lugar un fuerte temporal de nieve y hielo, que le sorprendió. Se le da tierra en Baquedano por estar el paraje próximo a la citada parroquial.

Se hace relación de mozos y viudos sin hijos del valle de Améscoa la Baja, de cara a su alistamiento para el conflicto que se había iniciado con los franceses y para el que se habían reclutado ya a 40 vecinos del valle que “servían en la frontera”. La relación que se cita incluía los siguientes alistados por lugares: Artaza (5), Baquedano (6), Baríndano (4), Ecala (8), Gollano (2), San Martín (11), Zudaire (16) y Urra (1).

Apeo y reconocimiento de mojones entre la sierra de Encia y el valle de las Améscoas, en los términos de Peña Horadada, Fuente de Aitarandurieta, Uspecoarria, Roble hermoso, Eizacomendia, Manchoacoeguia, Tres hayas, Herguchique, Arriturre, Itaida, Otamendia, Fuente de Aldaran y Ermita de San Vicente. 

Fallece en Gollano María de Ambulodi, natural de Rentería, Ama del Licenciado Goñi, Rector de Gollano. Se le hizo entierro solemne, novena y cabo de año y se le encargaron 70 misas.

Baquedano. Se hacen las honras fúnebres a Miguel Mortal, de 14 años, hijo de Joan Mortal y María de Ecala. “Murió sin sentido, con enfermedad de lamparones, [infección de los ganglios linfáticos] que no permitió comer en veinte y más días, porque tuvo la boca llagada y sólo bebía agua”. 

Fallece en Aranarache Marina de Urbasa.

Carlos III comunica al tesorero del reino y al guarda de sus cofres que, considerando los buenos servicios que le había prestado Miguel de Urra, rector de Bacaicoa, llevándole todos los años halcones y azores, ha decidido concederle 36 libras de gracia especial.