Llega el Visitador del Obispado de Pamplona a Zudaire y deja, entre otras, las siguientes instrucciones. Que los hombres, en la iglesia “no lleven gorro, ni red (redecilla), ni cabello atado”. Que … “por cuanto estamos informados de algunos abusos e irreverencias que se hacen en los templos y sus cementerios, en este Valle, con ocasión de mezettas y bodas, mandamos: que las mujeres ni otra persona no suban al coro a tirar nueces ni otras cosas con motivo de bodas u otras funciones y que durante los oficios diarios no se juegue a juego alguno, pública ni privadamente, ni se dance ni toque jular ni gaita, en la iglesia y su cementerio, ni en este se dé de beber a los hombres”.