Se hacen honras fúnebres, en la parroquial de Gollano, por don Joseph de Acedo, Abad de Mirafuentes y Abad de la Hermandad de la basílica de San Gregorio Hostiense, al que le sobrevino un accidente luego que llegó a la iglesia de este lugar con las reliquias de San Gregorio, que las traía en rogativa por la gran epidemia de ratones. Y fue su muerte repentina, que no duró 26 horas, pero recibió los Santos Sacramentos con todo conocimiento y dispuso fuese su cuerpo trasladado a la dicha parroquial de Mirafuentes y que se le diese tierra en la sepultura del Palacio de dicho lugar por ser de sus padres. 

Fallece en Baríndano, Joseph López de San Martín. Testó ante Antonio Díaz de Jáuregui, Escribano Real. Había dejado dispuesto que se le dijeran: 36 misas del Cartujano, 30 más en la Merced de Estella, 20 en el Convento de Santo Domingo, 20 en los Trinitarios de Pamplona, 20 en los Carmelitas de Pamplona. Dispuso se diera trigo al Hospital de Pamplona, a Aranzazu, a la Madre de Dios de Mendigaña de Azcona, a la Madre de Dios del Remedio, de Luquin. Dispuso se diera aceite a la ermita de San Pablo y a la de San Cristóbal (ambas en Baríndano) y al Santo Cristo de las Agonías de Urbasa.

Casan en la parroquial de Artaza, Francisco Díaz de Ecala (natural de Ecala) y Catalina de Alduy (natural de Artaza). Y ese mismo día, lo hacen en Ecala, Miguel de Alduy, hermano de la segunda, y Ana Díaz de Ecala, hermana del primero.

Es bautizada en Aranarache con el nombre de Catalina, probablemente Catherin, una niña, hija de Joannes Osse (John O’Sea) y Elena Obrien (Helen O’Brien), “soldados irlandeses residentes al presente en este dicho lugar”.

Fallece un niño de 9 meses, Miguel, hijo de Francisco Ochoa de Baquedano y de Elena Sáez de Baquedano. Es sepultado “en la sepultura de su casa nativa , dende están sepultados sus abuelos paternos y demás passados (antepasados), todos del estado de hijosdalgo, con su lápida y escudo de armas de los palacios de Baquedano y Eulate”.

Fallece en San Martín, Martín García de Baquedano. “No ordenó testamento por haberle muerto de improviso un rayo entre los mojones de San Martín y Ecala”.

Inventario de bienes raíces, habida cuenta de los contratos matrimoniales, del matrimonio formado por Joseph Sáenz de Baquedano y Cathalina de Albizu, moradores en Larraona. En la descripción de linderos y afrontaciones hay mención del paraje en el que estuvo situada la “hermita de Santa María la Blanca” y del Camino público que conduce a ella.

Mención de que los Jurados del lugar de Aranarache reciben el patronazgo de un censo en la ermita de San Cristóbal del dicho lugar.

Suceso en el río Urederra. Un niño de tres años, Martín de Lizarraga, natural y vecino de Artaza, cayó al río cerca de las acequias que conducían el agua a las aceñas del molino de abajo, también llamado el Molino del Rey y estando este moliendo. El niño pasó por entre las palas de la rueda vertical y fue devuelto al río. Allí fue visto por unas mujeres a “cuyos clamores acudió Martín de Ecala, hijo del molinero, que se metió en el agua y sacó al niño sin daño ninguno, ni golpe, ni herida”. “Dice el dicho Martín de Ecala, María Mortal y Ana López (que estaban presentes) que iba como sentado en el agua o encima de ella. Por ser fededignos los sobredichos del caso tan milagroso y raro, que aun una cosa de dos dedos no puede pasar por la dicha aceña sin hacerse mil pedazos, como se ha visto muchas veces en gallinas, lechones, pollos y otras cosas, asenté aquí el sobredicho caso …” 

En esa fecha se produce la primera anotación del Libro de Fábrica de la Parroquial de Aranarache. En dicha anotación se revisan las cuentas de 1558, coincidiendo con la presencia del Visitador del Obispado.

Anotación más antigua de los libros parroquiales amescoanos. Se trata del registro de un bautizo que tiene lugar en Eulate. La bautizada es Gracia Alonso.

Sentencia, previo acuerdo de las partes, sobre amojonamiento de los parajes de Larraiza, Legarobi, Usarana y Agaria, entre Abarzuza y Améscoa. En este documento se menciona en varias ocasiones a “BaldeAmescoa barrena”, expresión que sería la utilizada por sus habitantes, habida cuenta de que “la lengua vascongada es la común de esta balle”, como se puede leer en diversos manuscritos de ese siglo, el XVI, y de los dos sucesivos, el XVII y el XVIII. 

Reunidos en el paraje de Bedaga, en el término de Abarzuza, los representantes de Echavarri y, Eraul, de una parte, y los de Abarzuza, Monasterio de Iranzu y valle de Améscoa Baja, por otra, firman Escritura de Concordia sobre el goce de Larraiza, en presencia del Notario Fernando de Vidaurre.

Mención real de Ferrando de Baquedano como Vicario General de la seu (sede) de Pamplona.

Gracia real a Ferrando de Albizu, vecino de Larraona, por los servicios prestados cuando la villa de Contrasta fue conquistada por los navarros, por guardar la citada villa con diez hombres de a pie a su costa. También se le compensa por ciertos viajes realizados a Álava por orden real.

Orden de la Reina a Contos para que se anoten los pagos realizados a don Rodrigo de Eulate, Abad de Mirafuentes, por sueldos abonados a gentes de armas y de a pie.

Coronación de Juan II de Aragón y Blanca de Navarra. Asiste, como Abad de Iranzu, Ferrant Lópiz de Baquedano.

Se pagan a Diago de Baquedano, Maestro de Finanzas, 60 florines, por los gastos que tuvo yendo a Guipúzcoa, con el Procurador Patrimonial, en razón de los caminos de carretas que deben hacerse entre Pamplona y San Sebastián. 

Carlos III ordena a García Périz de Setuain, Tesorero del Reino, que pague a Miguel Laceilla, 104 libras y 8 sueldos que se le debían por 43 codos y medio de paño rojo de Londres, que fueron dados, para que se hicieran sendos mantos, a Johan de Echauz, Gonzalo de Baquedano, Pero Martínez de Peralta y Ogerot de Mauleón, a los cuales en la próxima fiesta de Pentecostés, les iba a hacer caballeros, con motivo de la coronación de la Reina.

Gonzalo de Baquedano, escudero, reconoce haber recibido 30 florines, por aparejarse para ir a Francia en servicio del Rey.